Puente Verrazano-Narrows

This outstanding suspension bridge underwent a long process of preparation, and it has finally served to solve a most urgent and intense problem of communication between Brooking and Staten Island. This bridge represents an exceptional engineering achievement firstly because of the 1,298 m span between its two towers, and the two side spans of 370 m; secondly due to the vast amounts of materials involved in its construction. The suspended deck will have two directions of traffic, each consisting of six lanes, the two directions separated by a central division. The anchorage and foundations reach down to a depth of 50 m. The towers supporting the main suspension cables are 210 m high above the mean sea level. Their prefabricated external metal shell contain inside a complex system of thousands of metal cells. The deck hangs from four main suspension cables, each 90 cm in diameter. Hanger cables, each 55 cm in diameter, support the deck. The cable spinning over the main towers was a difficult and highly complicated operation. Details of this are given in the accompanying diagrams. Simultaneous with the construction of the bridge, the main access roads to it have been improved and altered, in order to chanalise the heavy traffic more effectively towards it. The whole project, including the construction of the bridge and alterations to the approaches, has amounted to a total cost of the order of 400 million dollars. The safety of the personnel working on this project has been very carefully studied. Ellaborate arrangements are being rigidly enforced for the protection of human lives. It is hoped that this huge project will be completed within the present year.<br><br>Esta destacada obra, suspendida, realizada por la Triborough Bridge and Tunnel Authority, cuenta con una larga gestación que por fin culminó en una realidad y, con ella, a dar solución a una angustiosa situación que el tráfico rodado venía creando progresivamente con sus innumerables embotellamientos. El puente se halla situado entre Brooklyn y Staten Island. La importancia de esta obra, aparte las enormes cantidades de materiales que exige su construcción, consiste en los 1.298 m de luz que tiene su tramo central. Los dos accesos, simétricos, tienen 370 m de luz cada uno. El tablero, suspendido, se compondrá de dos calzadas de seis bandas de circulación cada una, subdivididas en dos direcciones únicas de circulación por medio de un macizo central. Los anclajes y cimientos han alcanzado profundidades de 30 a 50 m en lo que respecta a las pilas. Las torres que soportan los cables de suspensión tienen 210 m de altura respecto al nivel medio del mar. Su armazón metálica, prefabricada, tiene en su interior un complicado laberinto compuesto de miles de células. El tablero, de doble calzada en una segunda fase, se halla suspendido de cuatro cables de 0,90 m de diámetro, con péndolas de 55 mm de diámetro. Para la formación del cable sobre las propias torres de apoyo ha sido necesario instalar una verdadera trefilería, de la cual se acompaña un esquema elocuente por sí mismo. Simultáneamente a la construcción del puente se están realizando una serie de rectificaciones y mejoras en las vías próximas a los accesos, con objeto de encauzar el tráfico que el puente ha de canalizar. Todos estos trabajos, junto con el propio puente, forman un plan general cuyo alcance económico es del orden de 400 millones de dólares. La seguridad del personal que trabaja en esta obra, cuya terminación se confía para 1964, ha sido estudiada y puesta en juego con gran minucia y firmeza