La Ley 9/2020, de 31 de julio, de modificación del Libro II del Código Civil de Cataluña y de la Ley 15/2009 de Mediación en el ámbito del Derecho Privado: Una reforma prudente con onda expansiva

Law 9/2020 of July 31st, modifying Book II of the Civil Code of Catalonia and Law 15/2009 on Mediation in the field of private law, is apparently a minimal reform, but it can provide a real boost for mediation and ADR in Catalonia. First, it introduces the mandatory nature of the pre-mediation briefing in two cases: either as previously agreed by the parties or pursuant to court-order –similarly as according to the Basque Law 7/2015–. What’s new is that the mandatory briefing transcends the merely informative component on the advantages and format of mediation and it includes an exploratory element, focused on evaluating its convenience and suitability for the dispute at hand (before the process as such). Secondly, the reform attributes a greater role to lawyers in order to involve them in the mediation process; it prescribes –in its article on mediator impartiality and neutrality– that mediators must integrate the gender perspective in their actions (an aspect also to be integrated in mediation training) and transforms the Private Law Mediation Center, which has been renamed Mediation Center of Catalonia, with the aim of extending its scope beyond private law disputes and even to other ADRs. Consequently, a future statute for the prevention, management and resolution of conflicts is announced.La Ley 9/2020, de 31 de julio, de modificación del Libro II del Código civil de Cataluña y la Ley 15/2009 de Mediación en el ámbito del Derecho privado, es una reforma aparentemente de mínimos, pero que puede contribuir a un impulso real de la mediación e incluso de otros ADR en un plazo breve en Cataluña. En primer lugar, introduce la obligatoriedad de la sesión previa en dos casos: si las partes lo habían pactado previamente y si los deriva la autoridad judicial -de modo parecido a la normativa vasca del 2015-. La novedad es que se trata de una sesión que trasciende el componente meramente informativo sobre las ventajas/formato de la mediación para incorporar un elemento exploratorio si las partes consienten, centrado en evaluar el encaje en su caso concreto (antes del proceso como tal, de ahí la condición de previa). Asimismo, la reforma atribuye un mayor protagonismo a los abogados con la voluntad de implicarlos en la mediación; prescribe -en el precepto sobre imparcialidad y neutralidad- que los mediadores han de incorporar la perspectiva de género en su actuación (un aspecto también a incorporar en la formación en mediación) y transforma el Centro de mediación de derecho privado, que pasa a denominarse Centro de mediación, con la voluntad de abarcar conflictos también del ámbito público abriéndose además a otros ADR. Consecuentemente, se anuncia una futura ley de prevención, gestión y resolución de conflictos, que desarrollará, entre otras disposiciones, aspectos que la Ley 9/2020 -movida, también, por la voluntad de una tramitación rápida-, solo anticipa