Representación y realidad de la inquisición en Cataluña. El conflicto de 1568

La historia de la Inquisición no es fácil porque la realidad histórica de la misma ha estado siempre eclipsada total o parcialmente por la representación que de la Inquisición configuraron desde sus víctimas a sus sujetos agentes pasando por los testigos directos o indirectos de su acción a lo largo del tiempo.La realidad de la Inquisición se ha mixtificado con su imagen, una imagen siempre mediatizada a través de los múltiples espejos a través de los que se la ha observado y juzgado. En la primera parte de la tesis se hace un repaso a esos espejos múltiples: el espejode las víctimas directas sufridoras de la represión inquisitorial; el espejo de los intelectuales solidarios con las víctimas, desde el erasmismo a la Ilustración; el espejo curioso de los viajeros; el espejo del imaginario simbólico, de literatos y artistas. Pero la representación de la Inquisición no proviene sólo de observatorios ajenos a ella misma. La Inquisición vista desde fuera fue siempre contrapesada por la mirada desde dentro, la mirada de los propios inquisidores: a esta mirada se dedica la segunda parte de la tesis que concluye con una mirada nueva, la de los propios historiadores.El objeto de esta tesis no se centra sólo en el análisis de los diversos espejos de la representación inquisitorial, sino que pretende, ante todo, contraponer los dos mundos: el de la representación y el de la realidad. Y ello lo abordamos en profundidad en la tercera parte de la tesis centrándonos en un ámbito geográfico determinado: la Corona de Aragón y en Cataluña en particular. En este espacio la Inquisición moderna nunca superó una cierta conciencia de extrañamiento que sólo puede entenderse en el contexto de los orígenes de esa Inquisición moderna y de los contrastes de la nueva Inquisición con la vieja Inquisición medieval.Lo que constituye el eje de esta tesis es la idea de que la representación de la Inquisición fue polisémica porque la identidad inquisitorial fue buscadamente oscura y ambigüa; y al mismo tiempo si la identidad inquisitorial fue oscura se debió a que a la Inquisición le interesó vender múltiples imágenes de sí misma, distintas y hasta en ocasiones contradictorias. En Cataluña es donde podemos apreciar de forma más diáfana esta estrategia inquisitorial. La tercera parte de la tesis aborda la confrontación representación-realidad en el ámbito del tribunal de Barcelona y en dos niveles: el administrativo y el jurídico. En el primero, la confrontación representación - realidad se constata en la contradicción evidente entre el discurso teórico de los arquetipos inquisitoriales, el deber ser en cuanto al comportamiento de inquisidores y funcionarios, y la realidad mediocre y corrupta de la conducta cotidiana de éstos. En el segundo, la confrontación representación - realidad se evidencia en la distancia que separa el derecho, la jurisdicción, y el uso que la Inquisición hace de las presuntas legitimidades, el poder o los poderes fácticos concretos que la Inquisición ejerce. El llamado tercer poder de la Inquisición se ampara en la ambigüedad jurídica del Santo Oficio.Desde el punto de vista administrativo, hay que tener presente que la Inquisición en Cataluña estuvo especialmente mal administrada, por la escasa convicción de sus funcionarios o por el torpedeo sistemático de los poderes competitivos en juego. Una Inquisición de grandes limitaciones funcionales que provocó en el Consejo de la Suprema y los poderes centrales inquietudes notables que generaron visitas de inspección. Esas grandes limitaciones funcionales intentaron ser cauterizadas con alternativas tecnocráticas diversas. ¿Cómo chocó la imagen virtual del modelo de Inquisición pretendido o imaginado desde Madrid con la realidad concreta de una sociedad difícilmente gobernable y especialmente caótica en el ámbito de la administarción inquisitorial? A la historia de esta colisión representación-realidad dedicamos el último capítulo de la tesis, centrándonos en el análisis del organismo administrativo del Santo Oficio y de las visitas de inspección, la gran ocasión en que se enfrentó el discurso preestablecido con la praxis cotidiana del Tribunal. Un choque del que salieron chispas y que contribuyó decisivamente a generar una evolución de la Inquisición hacia posiciones de mayor rigor administrativo como la que representa la Inquisición en el mandato de Arce y Reinoso en la segunda mitad del siglo XVII.Desde el punto de vista jurisdiccional, es evidente que la Inquisición en Cataluña tuvo que asumir que tenía que moverse no sólo entre los grandes poderes, Iglesia y Estado, sino entre un conjunto de poderes autónomos a escala más amplia (Generalitat) o más local (municipio), y poderes idefinidos como el de la Audiencia. La Inquisición se movió en un auténtico campo de minas. El conflicto de 1568 antre los diputados de la Generalitat y los inquisidores es un buen test que refleja adecuadamente que la representación jurisdiccional está siempre subordinada a los poderes efectivos en cada situación. ¿Inquisición política o eclesiástica? Lo que toque. En el proceso de 1568 se verá que de jugar la baza eclesiástica pasará claramente a jugar la política, en dirección radicalmente contraria a la de los diputados del General.The history of the Inquisition is not easy to understand because the historical reality of these facts has always been totally or partially eclipsed by the image which the Inquisition established from its victims to its personnel, following its eyewitnesses or indirect witnesses of its acts throughout time.The reality concerning the Inquisition has been warped with its image, an image influenced by the multiple mirrors through which it has been observed and judged. The first part of the thesis reviews those multiple mirrors: the mirror of the victims who directly suffered the Inquisitional repression; the mirror of the intellectuals who were solidary with the victims, from followers of Erasmus to the Age of Enlightenment; the travelling circus mirror; the imaginary symbolic mirror of the literary and artists. But the image of the Inquisition does not only come from observatories outside itself. The Inquisition seen from outside is always counterweighted by the view from the inside out, the view of the very inquisitors: the second part of the thesis is dedicated to this view which concludes with a new viewpoint - that of its own historians.The objective of this thesis is not centred solely on the analysis of the various mirrors of the Inquisitional image, but rather, above all, to confront the two worlds: that of image and that of reality. We tackle this thoroughly in the third part of the thesis, centring on a certain geographical location: the Crown Federation of Aragón and in Catalonia, especially. In that area, the modern Inquisition was never able to overcome a certain conscience of bewilderment that could only be understood in the context of the origins of that modern Inquisition and of the contrasts of the new Inquisition with the old medieval Inquisition.The central theme of this thesis is the idea that the image of the Inquisition was multi-defined because the inquisitorial identity was intentionally dark and ambiguous; and at the same time if the inquisitorial identity was dark, it was due to the fact that the Inquisition was interested in selling multiple, different and, on some occasions, even contradictory images of itself. Catalonia is where this inquisitorial strategy can clearly be appreciated. The third part of the thesis tackles the confrontation of the image with reality in the area of the Barcelona courts and on two levels: administrative and judicial. Firstly, the confrontational image - reality is recorded in the clear contradiction between the theoretical discourse of inquisitional archetypes, what it should be regarding Inquisitor and civil servants' behaviour, and the mediocre and corrupt reality of their daily conduct. Secondly, the confrontational image stands out from a distance that separates law, jurisdiction, and the use that the Inquisition made of presumed legitimacies, power or concrete power that the Inquisition exerted. The Inquisition's third power sheltered itself in the Holy Office's juridical ambiguity. From an administrative viewpoint, one must bear in mind that the Inquisition in Catalonia was especially badly governed, due to its civil servants' weak conviction or due to the systematic torpedoing of the competitive powers at play. This Inquisition with great functional limitations provoked great uneasiness in the Council of the Supreme and central powers which generated inspection visits. They tried to cauterise those great functional limitations with diverse alternative technocrats. How did the model's virtual image come into conflict with the hard reality of a hardly manageable and especially chaotic society in the realm of the inquisitional administration? We dedicate the last chapter of this thesis to the history of this collision between image and reality, centring on the analysis of the administrative organism of the Holy Office and of the inspection visits, the notable occasion when it confronted the pre-established speech with the Court's everyday praxis. A collision which produced sparks and that decisively contributed to generating an evolution of the Inquisition towards more administratively severe positions such as the one of the Inquisition during Arce and Reinoso's term of office in the second half of the 17th century.From the jurisdictional viewpoint, it is clear that the Catalonian Inquisition had to accept the fact that it had to move around not only between the great powers of Church and State, but also among joint autonomous powers on a larger scale (Generalitat) or more local (municipal), and undefined powers, such as that of the Audiencia. The Inquisition moved around a real mine field. The 1568 conflict between the representatives of the Generalitat and the Inquisitors is a good test that adequately reflects the jurisdictional image that is always subordinate to the real powers in each situation. Inquisitional or ecclesiastic policy? Whosever it was to decide. In the 1568 process, we can see that playing the ecclesiastical card clearly turned into playing the political one, in a manner radically contrary to the representatives of the Generalitat