¿Qué se puede exigir a la Seguridad Social en época de crisis y cómo se puede favorecer su sostenibilidad económica, política y social?

Social Security has been affected by the economic and financial crisis that we've been experiencing for just over six years. The crisis has caused a loss of financial resources, stemming from the decrease in the number of contributors, as well as from the slowing down of the average contribution base. This recent situation has created the need to look for sources of complementary financing, other than the traditional sources that came from social contributions. However, despite what we may have expected, the social and mainly political debates that have taken place only consider reducing spending related to social benefits, leaving another big issue pending, that relates to the improvement of Social Security funding. Because of this, the current conversation can be defined as deliberately partial, as new solutions have not been explored in order to alleviate the problems discussed. It is worth noting the efforts made in this moment of crisis by the Social Security Administration in order to efficiently develop the management with which they are entrusted, particularly by controlling debt and fraud, but also in their attempts to favour legalization of business and self-employment debts by authorizing the deferment of the payment of debts to Social Security. At the same time they have liberated assets to the system from the Reserve Fund in order to promote a balanced budget. For these reasons, the article brings into question the frugality of initiatives that is seen when searching for alternative financing sources for Social Security, and offers some solutions taken from nearby countries which could serve as an example to improve the Spanish model. Finally, there is mention of the need to improve and adapt the current employment policy, specifically the active employment measures, which do not accommodate the needs of the labour market.La Seguridad Social se ha visto afectada por la crisis económico-financiera que padecemos desde hace algo más de seis años, que le ha ocasionado una pérdida de recursos financieros, derivada tanto de la disminución del número de cotizantes, como de la desaceleración de las bases medias de cotización. Esta nueva situación ha planteado la necesidad de buscar fuentes de financiación complementarias a la tradicional, proveniente de las cotizaciones sociales. Pero en contra de lo que podíamos esperar, los debates, social y sobre todo político, que se han abierto solo se ocupan de reducir el gasto dedicado a las prestaciones sociales, dejando de lado el otro gran asunto pendiente, el relativo a la mejora de la financiación de la Seguridad Social. Por ello se puede definir la actual discusión de deliberadamente parcial, al no haberse explorado nuevas soluciones para paliar los problemas que se plantean. Son destacables los esfuerzos que en un momento de crisis como el que vivimos realiza la Administración de la Seguridad Social para desarrollar de manera eficaz la gestión que se le encomienda, particularmente mediante el control sobre la deuda y el fraude, pero también tratando de favorecer la regularización de los débitos de las empresas y de los trabajadores autónomos a través de la autorización de aplazamientos de las deudas contraídas con la Seguridad Social. Igualmente pone a disposición del sistema los activos del Fondo de Reserva para propiciar el equilibrio presupuestario. Por eso, el artículo pone en tela de juicio la parquedad de iniciativas que se observa en la búsqueda de fuentes alternativas de financiación de la Seguridad Social, ofreciendo algunas soluciones utilizadas en países de nuestro entorno, que puedan servir para mejorar el modelo español. Por último, se alude a la necesidad de mejorar y adaptar la actual política de empleo, concretamente las medidas activas de empleo, que no se acomodan a las necesidades del mercado de trabajo