‘Too Young to Die’: Grief and Mourning in Ancient Rome

Expressions of grief and mourning are characteristic of Roman funerary inscriptions. Roman epitaphs express sorrow for the deceased and reveal familiar emotional responses to memories of the dead person. In our ancient sources, death is usually depicted as something unknowable. Like in contemporary societies, only philosophy and faith seem to offer any measure of relief when faced with the horrors of death, particularly in the case of deceased youth (mors im-matura), unfortunately a very common occurrence in classical antiquity. Ancient texts and inscriptions provide us with a wealth of expressions of grief and bereavement for children and young people who died prematurely. Common people lamented the inexorability of fate by immortalizing their loved ones in epitaphs carved in durable stone. Latin texts supplement our understanding of Roman attitudes towards death in various ways, going beyond contemporary religious beliefs, ritual practices and traditional values. Nevertheless, the ultimate goal was to preserve the memory of the dead person, often by recalling specific traits of their nature. Lastly, the pain caused by the death of one’s own children led to loneliness and a sense of abandonment, as shown in the epitaphs chosen by those who lived on.Las expresiones de duelo y luto son características en la epigrafía funeraria romana. Los epitafios romanos expresan tristeza por el difunto y revelan respuestas emocionales de los familiares respecto al recuerdo de la persona muerta. En las fuentes antiguas, la muerte se representa generalmente como algo inescrutable y, al igual que en las sociedades contemporáneas, solo la filosofía y la fe parecen ofrecer algún alivio frente a los horrores de la muerte, en particular modo en el caso de los jóvenes fallecidos (mors inmatura), por desgracia un hecho muy común en la antigüedad clásica. Los textos e inscripciones antiguas nos brindan una gran cantidad de expresiones de dolor y duelo por niños y jóvenes que murieron prematuramente, y gracias a ellos, sabemos cómo la gente común lamentaba la inexorabilidad del destino al inmortalizar a sus seres queridos en epitafios tallados en piedra duradera. Los textos latinos complementan nuestra comprensión de las diversas actitudes romanas hacia la muerte, más allá de las creencias religiosas contemporáneas, las prácticas rituales y los valores tradicionales. Con todo, el objetivo final era preservar la memoria del difunto, a menudo recordando rasgos específicos de su carácter y naturaleza. Finalmente, el dolor causado por la muerte de los propios hijos llevó a la soledad y a una sensación de abandono, como se muestra en los epitafios elegidos por aquellos que los sobrevivieron