El Padre Arrupe, una de las grandes figuras de la Iglesia postconciliar, inspirador de tantas personas en aquel período tan rico en innovaciones como difícil, denso y tenso, fue superior general de los Jesuitas desde el año 1965 hasta 1983. Fue también muy conocido a nivel de la Iglesia universal por su activa participación en todos los grandes encuentros o asambleas de aquel tiempo: en la última sesión del Concilio Vaticano II, a finales de 1965, poco después de su elección en Mayo del mismo año; en los Sínodos del postconcilio, Conferencias del Episcopado Latinoamericano, Simposios de los Obispos africanos, etc. Conocido igualmente por sus intervenciones de todo tipo en torno a las perspectivas de la Iglesia, a la situación religiosa del ...