Hablar de espiritualidad es hablar de un asunto que entraña sus dificultades. Empezando por la palabra misma, mucha gente no entiende a qué se refiere eso de la espiritualidad. Pero, sobre todo, hay que tener en cuenta que «espiritualidad» viene de «espíritu». Y para muchas personas, el espíritu es lo que se contrapone a la materia, al cuerpo, a lo que inmediatamente se nos mete por los ojos y palpamos, o sea, a lo más sensible, lo más cercano, se podría decir a lo más nuestro. De ahí que muchos cristianos tengan la impresión de que la espiritualidad es algo que, como sea, entra en conflicto con la felicidad humana, con el goce y disfrute de la vida, con aspiraciones muy profundas que todos llevamos inscritas en la sangre de nuestras ideas ...