El mundo de hoy se encuentra encerrado en la visión reduccionista y enajenada que ha sido imperante a lo largo de la historia, el valor del consumo, la ambición y el individualismo han enterrado los valores fundantes de sencillez, humildad y honestidad. La profunda necesidad de volver la mirada al conocimiento y psicología propios, ha hecho que retornemos a la sabiduría de las plantas, los abuelos, lugares sagrados, costumbres y mitos para abandonar la ilusión racionalista que todo lo divide, todo lo niega y nada lo contempla. El camino recorrido en el fuego, la montaña, Sie, el chunsúa, las cansamarias, permite mirar, recordar y recuperar lo fundamental en la existencia humana: su propia fuerza, la fe. Esa que sostiene la vida, que va m...