Las familias ofrecen una vía para transformar la sociedad. El amor por la justicia social a menudo comienza en casa

Los medios de comunicación, las iglesias y el gobierno están hoy en día llenos de discursos acerca de la familia. Un tópico frecuente es el “fracaso” de la familia y la necesidad de regresar a los "valores familiares". Mucha gente parece pensar que todos nuestros problemas sociales, -pobreza, crimen, pobre rendimiento escolar, adición a las drogas, y hasta la epidemia del Sida- son causados por el colapso de la familia tradicional. La sociedad necesita cortar el apoyo a las madres solteras, a las familias que tienen hijos que no pueden sostener, y las mujeres que trabajan fuera de casa. Las familias saludables son las de la pareja, donde la mamá es doméstica y el papá es un ser providente que trabaja duro y se sacrifica para satisfacer las necesidades de sus hijos. La falta de compromiso, perseverancia y disciplina son los responsables del fracaso moral y económico de nuestra sociedad en cuidar adecuadamente a los niños. Las políticas sociales no deberían mimar a adultos que rehúsen aceptar la responsabilidad de ser fieles a su pareja y apoyar a sus niños. Hasta no reconocer este hecho nuestra sociedad irá de mal en peor. ¿Son plausibles estas quejas? ¿Están estas voces proféticas llamándonos a la responsabilidad dado el estado de la familia, o están completamente fuera de lugar