En el cristianismo la vida religiosa se especifica, casi exclusivamente, por el dato del seguimiento de Jesús. No se especifica por las características que pueden encontrarse en otros tipos o formas de vida monacal, no cristianas, aunque sí religiosas. Por ejemplo: no se especifica por la auto perfección, la construcción de la propia perfección, que podría ser lo que caracterizaba a los monjes esenios de tiempos de Jesús (con los cuales mantuvo Él algún contacto) y cuyo talante vital prácticamente era esa sensación de ser ellos los santos, de constituir la comunidad perfecta y, por consiguiente, de ser los depositarios de la venida del Mesías que estaba cercana. Semejante búsqueda de perfección, casi siempre se convierte sin darse cuenta e...