El ejercicio de la competencia de la Corte Penal Internacional por iniciativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

El reconocimiento explícito del poder de activación de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional a un órgano eminentemente político, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y la consiguiente potestad de remisión de una situación a la Fiscalía, son el resultado natural de la función primaria que le corresponde como órgano principal al que la Carta de las Naciones Unidas confiere la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales. Precisamente la diversa naturaleza de ambas instituciones es la cuestión de mayor envergadura en orden a garantizar la jurisdicción de una Corte libre de manipulaciones políticas. Su eficacia como institución independiente, de carácter permanente, vinculada sustancial, funcional y económicamente a la Organización de las Naciones Unidas, está supeditada a la activa colaboración con el Consejo de Seguridad, con el fin de garantizar el ejercicio de sus funciones y la realización de sus propósitos