Liturgia y nueva evangelización.

La notable fuerza evangelizadora de la liturgia se aprecia tanto en el anuncio del primer kerygma, como después en el momento de la educación en la fe ya poseída. La pastoral litúrgica se siente vigorosamente interpelada por el funcionamiento efectivo de los signos propios de la función litúrgica de modo que adquieran su plena eficacia con vistas al anuncio y a la comunión. Una liturgia a la vez seria, simple y hermosa, en la riqueza de sus diversos códigos de comunicación, transmite el misterio al mismo tiempo que sigue siendo comprensible, capaz de narrar la alianza perenne de Dios con los hombres