Razón e historia del pensamiento latinoamericano

El descubrimiento, encuentro de culturas o invasión de América, se convirtió en un hecho histórico que globalizó inicialmente a toda la humanidad. A partir de entonces el hombre de estas arenas será sujeto imprescindible de la reflexión de Occidente y accederá así al aspecto del Logos que significa Razón. Americano y mestizo el hombre mundonovista asumirá el pensamiento filisófico como un esfuerzo racional por conferirle sentido a su ser que es su libertad. Decimos también que en esta situación agonal los sujetos que dramáticamente se enfrentaron; al final, realizaron una trasubstanciación de razas y culturas y no fueron inermes ni inconscientes del antagonismo. De esto será el testimonio el propio pensamiento latinoamericano cuando tematiza al hombre como problema fundamental de su consideración. Desde los comienzos una doble modulación de lo temporal hizo que el aborigen y el conquistador euroafricano viviesen en estas tierras una experiencia del tiempo que configuraría futuras acciones, actitudes, voces, escrituras, disposiciones y expectativas. Este tiempo es completamente predecible -la visión de tiempo conjugados- había de llevamos luego a la línea de catástrofe en innumerables ocasiones así como a transitar sendas insospechadas. Por esto pensamos transformar el presente porque el tiempo lo vivimos como anticipación de la liberación. El texto- el tejido de la cultura americana- nos revela algunos elementos de la fusión étnico cultural que es esencial, considerar: el mestizaje, el cristianismo, el socialismo, el arte y la filosofía. Al mestizaje lo entendemos como proceso violento que tuvo como consecuencia una mezcla polivalente que nos convirtió en universales, en el posible crisol de la quinta raza, la raza cósmica de la que hablaba José Vasconcelos. El arte es la expresión que nos manifiesta como potencia espiritual. Cabe apreciar que la objetivación del trabajo de los artistas en América nos da una dimensión de lo alcanzado en la lírica, narrativa, pintura y música. La excelencia alcanzada por el arte latinoamericano nos coloca en el plano de lo universal