Muchas costumbres han cambiado y la ciudad se ha vuelto peligrosa y hostil y las calles que eran un espacio de encuentro, de juegos, de vecinos han ido cambiado su fisonomía. Los niños encuentran menos momentos para jugar con otros y nos encontramos sin abuelos y primos disponibles para jugar y enseñarnos juegos. De acuerdo a estos derechos, desde la perspectiva del juego podemos decir que si bien es conocido que es un derecho de niñas y niños, son escasos los espacios escolares donde poder jugar. Las experiencias planteadas por los profesores de educación física en las escuelas, aún siendo breves, constituyen una de las pocas oportunidades (dirigidas, cuidadas, intencionales) que tienen los chicos para encontrarse con situaciones de juego....