Los poemas homéricos muestran una sociedad en transición entre dos mundos, el del oîkos y el de la pólis, que comparten valores como la centralidad de lo bélico, pero que traducen esos valores en formas de liderazgo y patrones de conducta diferentes, en función de la creciente institucionalización que anuncia el surgimiento del Estado. El conflicto entre Aquiles y Agamenón puede leerse como reflejo de esa tensión, en la que la centralidad de lo bélico adopta dos formas diferentes y antagónicas. Aquiles, el mejor de los guerreros homéricos, representa valores anclados en una sociedad poco estratificada, en la que el líder es aquel que sobresale por sus características personales y cuyo lugar debe ser ratificado constantemente. Agamenón, en c...