Aunque no hay un método óptimo para evaluar las políticas o reformas educativas de largo plazo, creemos que es posible encontrar un conjunto de regularidades en la dinámica de los procesos de reforma, y sobre esa base evaluar su flexibilidad, energía transformadora, coherencia y capacidad para movilizar la mayor cantidad de recursos sociales, humanos, intelectuales, económicos y de cooperación. Encontramos que las reformas exitosas son producto de la acción y no del diseño humano, y que la flexibilidad, la participación y cohesión sociales, y la adopción de sistemas adaptativos complejos están en la base de las reformas exitosas y duraderas. Por el contrario, las reformas fallidas han elegido principios inflexibles y abstractos. Finlandia e...