El valor cultural de la lengua está fuera de duda, pero ¿ocurre también con las nue-vas tecnologías?, ¿son también bienes culturales? Depende. Desde una perspectiva general, la respuesta sólo puede ser afirmativa. Sí, lo son. Desde la óptica de la filosofía de la cien-cia, la situación es más compleja. Ni ha estado ni está completamente cerrado el problema de lo que se debe entender como cultura, ni las “tecnologías” lo han tenido fácil para aco-gerse a esta noble etiqueta. El problema, como casi siempre, no es de ahora. Viene de los propios fundamentos de nuestra sociedad y de nuestra cultura. Ya en la antigüedad clásica había dos posturas claramente enfrentadas. Platón, en la Grecia del siglo IV a.C., diferenciaba entre prácticas y proced...