El interés de Borges por las doctrinas gnósticas es perceptible en su obra y ha sido señalado por la crítica. Fresko sostiene, siguiendo lo que el mismo Borges había afirmado, que el gnosticismo resultaba atractivo para el autor por dos motivos. El primero se relaciona con que ofrece una cosmogonía que asume e intenta dar una respuesta al problema de la coexistiencia entre un Dios omnipotente y la atroz realidad del mundo. El segundo motivo gnóstico que atrajo a Borges es la afirmación de “nuestra central insignificancia”, la concepción de la creación del hombre y del mundo como hecho casual, lateral en una suerte de melodrama divino. Referencias, más o menos directas a la cosmogonía gnóstica pueden encontrarse en relatos como “Tlön, Uqbar,...