Antisemitismo, populismo y nacionalismo

El antisemitismo político se revela ser de hecho un excelente agente del fenómeno de coagulación populista. No tanto porque el antisemitismo sería impresidible in absoluto a la síntesis populista : pueba de ello es que varios regímenes y movimientos populistas no presentan ningún signo de antisemitismo afirmado o un grado muy escaso. Por lo tanto, el antisemitismo tiene una notable congruencia con la forma populista : misma estructura retórica paranóiaca, mismo cojunto de elementos heterogéneos, contradictorios, a veces conflictivos pero que se vinculan entre si y se ajustan en construcciones de gran alcance. Así ciertos tipos de populismo encuentran muy logicamente, ciertos discursos antisemitos y se mesclan con ellos. América latina, otra patria del populismo con Francia, no tiene la mala fama de esta en materia de antisemitismo político, sin embargo o por eso, es interesante analizar como se vincula a la retórica populista, aunque sea sobre un modo menor, el toque antisemita. Así, lazos manifiestos existen desde el inicio del movimiento peronista y a partir de 1973, se instala en todos los populismos latinoamericanos la nueva forma del antisemitismo: un cierto antisionismo que internacionaliza “el enemigo del pueblo” y lo asimila al pueblo judío, “conquistador y dominador” a través el Estado de Israel, soportado por “el imperio norteamericano”. Mas recién, Hugo Chávez especialmente, con sus pretensiones a un leadership regional (a ver mundial neo-tercermundista) desarrolla esa versión “antisionista”