La creación y puesta en marcha, a finales del 81, por parte de la Diputación de Madrid del INSTITUTO DE LA SALUD MENTAL como órgano de coordinación, gestión y planificación de los servicios psiquiátricos de la provincia, supuso dentro del panorama general de la asistencia psiquiátrica española un importante cambio de actitud en los gobiernos provinciales frente a aquélla. El desarrollo legislativo sanitario español había ido dejando la asistencia psiquiátrica fuera de la estructura sanitaria del Estado, al no contemplarla entre las prestaciones de la Seguridad Social, salvo en la asistencia anacrónica e inoperante de las consultas ambulatorias de Neuropsiquiatría de la Seguridad Social