Hermenéutica, biopolítica y educación: un diálogo entre Spinoza y Foucault

Tradicionalmente la filosofía ha pensado la ética y la política a partir del hombre racional y del sujeto de derecho. En esa medida, la posibilidad de la libertad se ha planteado a partir de unos presupuestos metafísicos que han dominado el pensamiento de occidente y que, en última instancia, impiden una comprensión lúcida de la condición humana; de ahí que las tradicionales propuestas éticas y políticas choquen continuamente con la realidad efectiva del ser humano. A partir de las conceptualizaciones de Spinoza y Foucault, es posible, sin embargo, rescatar para la filosofía, la dimensión afectiva y pasional del hombre, pensar su corporeidad, y hablar de una racionalidad que, lejos de dominar a los afectos, entra en diálogo con ellos. De esa manera, se hace posible la configuración de un pensamiento ético-político que tome en consideración al hombre como sujeto afectivo o deseante, como sujeto viviente, y que ponga en evidencia el origen pasional de los vínculos sociales, y se abre, desde esta perspectiva, la posibilidad de asumir la tarea de construcción de la libertad como una tarea que no es primordialmente racional, sino fundamentalmente afectiva. Además, esta forma de abordar la ética y la política permite extraer elementos de análisis y herramientas conceptuales valiosas para tratar de pensar la educación de otro modo: una educación que esté orientada no a la conformidad social, sino a la construcción de libertad