Conocimiento de la población general acerca de la detección precoz del cáncer de próstata

En la actualidad y desde hace varios años, el cáncer es una de las enfermedades de mayor importancia en salud pública. En la población general, el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades circulatorias, y en la población masculina es la primera causa de muerte desde el año 2000 [1]. El número total de casos de cáncer incidentes estimados para 2022 es de 280.100 de los que 160.066 son en hombres y 120.035 en mujeres. En toda la población, los tumores más frecuentes son los de colon (28706) y recto (14664), seguidos del cáncer de mama (34750), cáncer de pulmón (30948) y cáncer de próstata con 30948 casos nuevos. Sin embargo, por sexo los cánceres más frecuentes en hombres fueron los de próstata, colon y recto, pulmón y el de vejiga según describe la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) [2]. La incidencia del Cáncer de Próstata (CaP) se ve condicionada por una serie de factores, como es la edad [3], raza [4] y la existencia o no de diagnóstico precoz. La detección precoz de una enfermedad se lleva a cabo mediante una prueba de cribado o screening que permite identificar a aquellas personas que padecen cáncer o lesiones pre-malignas que antes pasaban desapercibidas por la ausencia de síntomas. Para el CaP se emplean el tacto rectal, en el cual se puede palpar anomalías como la asimetría, nodulaciones o la interacción con estructuras vecinas, o mayoritariamente, el antígeno prostático específico o PSA por sus siglas en inglés, glicoproteína exclusiva de la próstata que se emplea como marcador tumoral que tiene una alta sensibilidad y una baja especificidad, así como la detección mediante otros biomarcadores como sería el PCA3 [5]. Ante una sospecha de CaP debido a la presencia de síntomas o como cribado oportunista, se realiza la determinación del PSA y el examen rectal digital. El diagnóstico definitivo de la enfermedad se realiza mediante por biopsia por aguja gruesa