Las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno,\ud que vienen celebrándose desde 1991, se encuentran en estos momentos\ud en una situación delicada, como consecuencia de su progresivo\ud agotamiento y de la creciente falta de interés de los países latinoamericanos\ud en relación a las mismas. El proceso de reforma de las\ud Cumbres Iberoamericanas, abierto en la Cumbre de Bávaro\ud (2002), que ha culminado en la Cumbre de San José de Costa Rica\ud (2004), y que tiene como próxima cita la Cumbre de Salamanca\ud en 2005, ofrece la posibilidad de que, junto a los importantes cambios\ud institucionales que se han aprobado, se replanteen algunas de\ud las dinámicas y temáticas que han venido caracterizando a las mismas,\ud con el f...