Democracia deliberativa: Fundamentos, requisitos y limitaciones

La democracia deliberativa presenta ciertos fundamentos normativos que se siguen del reconocimiento del denominado hecho del pluralismo que Rawls introdujera como el aspecto más desafiante de las democracias modernas. En primer lugar, quienes reconocen la existencia de doctrinas y filosofías de vida que dividen la sociedad civil y pretenden conformar una comunidad política estable deben comprometerse con un deber de reciprocidad. Este exige que los ciudadanos y las autoridades fundamenten sus acciones políticamente relevantes en términos que los demás puedan aceptar razonablemente. Dicho esto, queda precisar cuáles son los límites de esta exigencia. Es posible que el cumplimiento de dicho deber redunde en cierto conservadurismo producto de la conformación de las creencias a la luz del orden establecido. Otro aspecto que requiere revisión es el tipo de racionalidad práctica supuesto por la teoría de la democracia deliberativa, ya que presenta algunas falencias: una es la escasa atención que se ha prestado a los aspectos motivacionales involucrados en el proceso de deliberación pública. Indagar sobre las posibles motivaciones de los sujetos participantes en los procesos deliberativos, y, en general, sobre algunos aspectos vinculados con la psicología moral, se presenta como una tarea pendiente. Para ello nos proponemos incorporar el enfoque de las emociones con el propósito de elaborar un concepto de racionalidad práctica capaz de afrontar las críticas al supuesto por el modelo deliberativo. Es claro que no podemos ser esclavos de cada una de nuestras emociones, ya que las mismas pueden entrar en contradicción. Si llevamos estas consideraciones al plano de la deliberación pública, resultará relevante evaluar el posible impacto de emociones contrapuestas, ya no al interior de un sujeto, sino entre grupos enfrentados. También será necesario tener en cuenta las investigaciones sobre los límites de la racionalidad a fin de indagar sobre los factores que dificultan la deliberación. El último ítem concierne a dos temas que vienen concitando la atención de la opinión pública: el debate sobre el aborto y el estatuto del embrión humano. Nuestra principal hipótesis es que la idea de razón pública rawlsiana encuentra un derrotero por el cual puede explorarse una esclarecedora propuesta en torno a estos asuntos.Some of the normative foundations for deliberative democracy follow from the acknowledgement of what Rawls termed the factum of pluralism and introduced in the literature as the most challenging aspect of modern democracies. Firstly, those who aspire to establish a stable political community while acknowledging the existence of doctrines and life philosophies that divide civil society must be willing to commit to a duty of reciprocity. Such duty demands both citizens and political authorities to justify their politically relevant actions in terms that can be reasonably accepted by others. This being said, it is still necessary to precise the reach and limits of this demand. It is possible for the fulfillment of this duty to favor some kind of conservatism as a result of beliefs being formed under the influence of the status quo. Another aspect in need of revision is the image of practical rationality that is presupposed in theories of deliberative democracy. This image is defective in that it pays little attention to the motivational aspects involved in the process of public deliberation. It is still a pending assignment to explore the possible motivations of the participants in deliberative processes and other aspects of moral psychology affecting deliberative processes. In order to address this pending assignment we intend to incorporate an acknowledgement of the role of emotions in deliberation in order to elaborate a conception of practical rationality that is capable of affronting the criticisms to the conception the deliberative model presupposes. It is clear enough that this acknowledgement cannot mean that we see ourselves as slaves of each and every single emotion, since our emotions can pull in different ?and opposing- directions. And if we bring these considerations to the level of public deliberation, it will be relevant to assess the possible impact of opposing emotions, not inside a single individual but among groups with opposing claims. It will also be necessary to take into account the research on the limits of rationality in order to explore the factors negatively affecting deliberation. The last item to be addressed in this project concerns two issues that have been attracting the attention of public opinion: the debates around abortion and the status of the human embryo. Our main hypothesis is that the rawlsian idea of public reason provides a promising path towards an illuminating proposal around these issues.Fil: Vidiella, Graciela Amanda. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina.Fil: Daguerre, Martín. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina.Fil: Elgarte, Julieta Magdalena. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-CONICET); Argentina