La naturalización como solución ambiental del urbanismo actual

Las ciudades se enfrentan a diversos desafíos ambientales generados por los propios rasgos que le dan su nombre, fomentados por la forma de vida de las personas que lo habitan, que dificultan la sostenibilidad de dicho medio. La vegetación es un elemento natural que contribuye al equilibrio de todo ecosistemas, mereciendo tener o recuperar un papel protagonista en los medios urbanos, en beneficio de todos. El presente trabajo estudia las circunstancias negativas de las grandes ciudades, centrando la investigación en los problemas aéreos y atmosféricos; y denota la negativa relevancia del tráfico rodado sobre ambos factores. Se examinan los beneficios, evidenciados, que la vegetación tiene en las condiciones atmosféricas y climáticas, especificando su positiva influencia sobre tales rasgos dentro de las urbes. Planteada a modo de fachada o cubierta vegetal de los edificios, la flora no sólo contribuiría a la mejora de las condiciones del ambiente urbano, sino que su efecto sobre las construcciones significaría una reducción de las demandas energéticas de estas, disminuyendo a su vez el impacto generado por las edificaciones. En conjunto, la vegetación puede ser una eficaz herramienta para la lucha frente al cambio climático en los entornos urbanos. Tras un análisis genérico y teórico, se traslada al caso de estudio de La Almendra de Madrid. En este ámbito se trabaja con información de calidad del aire, emisiones de contaminantes atmosféricos, y se examina cómo el factor del transporte por carretera afecta a ambos parámetros. La finalidad es alcanzar a conocer la compenetración existente entre la proporción edificación-arbolado y los parámetros tráfico-aire-atmósfera, para así poder vislumbrar la relevancia de la vegetación y sus beneficios. El fin último del estudio es la identificación de los puntos críticos, en cuanto a los factores tenidos en cuenta, para su futura intervención mediante la naturalización de las envolventes de sus edificios