El Ecosistema Digital de Ciencia Abierta de América Latina y el Caribe

La Ciencia Abierta es el movimiento para hacer que la investigación científica (incluidas las publicaciones, los datos, las muestras físicas y el software) y su difusión sean accesibles a todos los niveles de una sociedad, sean investigadores, aficionados o profesionales [1]. La Ciencia Abierta, como modelo de funcionamiento de la actividad científica, tiene el potencial de promover un mayor desarrollo económico y social en Latinoamérica, favoreciendo el uso eficiente y seguro de los recursos que se dedican a financiar la ciencia y facilitando los procesos de transferencia y divulgación del conocimiento en una región llena de retos e inequidades. La incorporación de prácticas científicas transparentes, colaborativas y abiertas, también mejora la calidad de los resultados, su impacto y su reproducibilidad. La capacidad de traducir los avances científicos en innovaciones se ve fortalecida a través de esta transparencia y accesibilidad y permite la interacción del mundo científico con los sistemas de innovación abierta que necesitan ser fortalecidos para facilitar la creación de riqueza, los aumentos de productividad y la acumulación de capital humano en nuestra sociedad. El proyecto de recomendación sobre Ciencia Abierta elaborado por la UNESCO destaca cinco pilares que la sustentan: los conocimientos científicos abiertos, las infraestructuras de la Ciencia Abierta, la comunicación científica, la participación abierta de los actores de la sociedad y el diálogo abierto con otros sistemas de conocimiento. [2] La actividad científica ha alcanzado dimensiones y características que supeditan su productividad a algunos factores claves como el acceso a redes de colaboración global, la gestión efectiva de datos y publicaciones científicas (p.e. la posibilidad de buscar, acceder, interoperar y reutilizar esos datos y las publicaciones vinculadas a ellos), el poder de cómputo, la velocidad de conexión, y la disponibilidad de infraestructuras de investigación compartidas. Este conjunto de infraestructuras requeridas forman las bases del ecosistema digital necesario para dar sustento e impulso a la ciencia abierta. Latinoamérica cuenta con una larga tradición en este ámbito que puede darnos las bases para desarrollar un liderazgo importante en el despliegue y fortalecimiento de estos ecosistemas, incrementando nuestra capacidad para incorporarnos de forma beneficiosa en colaboraciones ya existentes y para promover el desarrollo de nuevas colaboraciones científicas. En este documento proponemos una visión de ese ecosistema digital de la Ciencia Abierta que debemos terminar de construir de manera ordenada, analizando sus componentes, interacciones y sugiriendo algunas posibles vías de acción para alcanzarla.Edición y diseño: María José López Pourailly, RedCLARA