El hambre como problema capital de la experiencia cínica: a partir de esta clave de lectura desarrollada por Pablo Oyarzun en El Dedo de Diógenes, el presente ensayo se propone evidenciar los alcances de este pensamiento del hambre en las anécdotas del cínico de Sinope. Contraviniendo la imagen del filósofo forjada por el platonismo, que lo describe como un “ser ascencional”, uno cuya mirada orientada hacia la Idea se sostiene en la escisión entre cuerpo y pensamiento, Diógenes el Perro introduce otro modo de pensar la praxis filosófica, una que hace del cuerpo afamado no su obtáculo ni su envés, sino la condición misma del pensamiento. El cinismo impugnará la voracidad del lógos metafísico que busca saciar, utópicamente, el deseo de saber...