Artaud afirmó que el cine participa del pensamiento, es decir, que es poseedor del poder peculiar y sobrecogedor que distingue y constituye la fuerza del pensamiento comprendido como ideación, esto es, del pensamiento como la acción por la cual se pueden representar y hacer comprender formas esenciales del universo. Así, el cine sería la visión en cuya visibilidad se trasluce el orden invisible de todo un aspecto del mundo. Un análisis detenido y profundo de algunas de las más importantes producciones fílmicas de autores como Wenders, Pasolini, Bergman o Kieslowski nos lleva a la conclusión de que este puede ser un sentido viable de interpretación de las palabras de Artaud. En efecto, en ellas el cine parece hacer ejercicio del acto ideator...