Reflexiones para una práctica escénica en la discapacidad intelectual

El artículo invita a reflexionar sobre la potencialidad del teatro en personas adultas con discapacidad intelectual. Las artes escénicas deben ser flexibles a las singularidades de las personas. Las realidades son complejas y heterogéneas, y la Teoría Fundamentada es una herramienta metodológica que permite la flexibilidad ante la experiencia para proyectar una transposición didáctica acorde a las necesidades educativas y terapéuticas de los centros de día. La complejidad radica en que es casi imposible encontrar grupos homogéneos en los ámbitos de la educación especial, así como prácticas que den cuenta de todas las situaciones. El carácter inductivo de la Teoría Fundamentada permite analizar la experiencia de una forma que potencie las singularidades y la reflexión basada en pruebas y errores. También se invita a una visión multidisciplinar; enriquecer lo ya establecido y probado para encontrar otras perspectivas que nazcan de la propia especificidad de las prácticas teatrales. Siempre desde la humildad de reconocer los estudios y reflexiones de otras ciencias, pero reconociendo a su vez otras potencialidades que abran nuevos horizontes. Discutir y problematizar es uno de los aportes que se pueden realizar desde una visión multidisciplinar, y este aporte solo puede concretarse cuando se parte desde un saber disciplinar específico y con su propio lenguaje. La formación actoral potencia el vínculo de la persona adulta con el mundo exterior, todo artista siempre trabaja y explora su universo expresivo desde esta singularidad que lo define y posiciona ante el mundo, y esta reflexión intenta acercar a los artistas/profesores de las artes escénicas a conectarse con estas realidades desafiantes.&nbsp