Coordinación de nacionalidades europeas

El problema de las nacionalidades debe entrar como el problema del hombre y sus. Derechos en el campo internacional positivo. Si parece justo que al ciudadano ofendido en sus derechos o libertades fundamentales, se le otorgue la facultad de atravesar las fronteras en busca de una protección superestatal, no vemos por qué razón no ha de reconocerse la misma facultad a la nacionalidad. Una reglamentación o un código que determine el procedimiento o el camino de la libertad para quienes lo merezcan y demuestren su voluntad auténtica, será al mismo tiempo que un medio de evitar agravios, una manera pacífica de perfeccionar la democracia y un medio de contribuir a la armonía entre los pueblos. No puede hoy admitirse la idea corriente entre algunos tratadistas de que el caso de las nacionalidades es un problema doméstico, lo que supone tanto como dejarlo a la voluntad de los Estados dominantes