Derechos de propiedad e industria petrolera mexicana

From the control of mining resources at the end of the previous century by international corporations, the Mexican oil industry transitioned to a regime of national sovereignty and public ownership of oil after 1938, which allowed the design of an economic policy with a national vocation, assigning several tasks to PEMEX. The adoption of the neoliberal model in the eighties, as the basis of the macroeconomic strategy, was the point of return to private control of the oil industry and the oil company. With the implementation of the neoliberal model, the vertical integration achieved years before was dismantled, PEMEX was forced to go into debt in order to be able to make its investments, and the company's fiscal resources were confiscated. Under the argument that it is preferable to export more where it is viable to multiply the contributions to the balance of payments and import products that international competition has made cheaper, not only is there a return to a model specialized in the production of a raw material to the detriment of the industrial sectors, but energy self-sufficiency is renounced, leading the country to a dangerous strategic dependence on oil derivatives. Under the dynamics of North American integration led by the United States, total openness is achieved in the upstream sectors of the Mexican oil company. The return to private ownership is visible from the contracts negotiated in the energy reform of 2008, and the disincorporation of substantive activities of the industry that constitute constitutional prerogatives, the company is heading under a dynamic of corporate governance to the legal conformation of a private corporation so that a major change arises with the rupture of the State-PEMEX binomial.De un control de los recursos mineros a fines del siglo antepasado, por parte de las corporaciones internacionales, la industria petrolera mexicana transitó a un régimen de soberanía nacional y propiedad pública del petróleo después de 1938 que le permitió el diseño de una política económica con vocación nacional asignando varias tareas a PEMEX. La adopción del modelo neoliberal en los ochenta, como fundamento de la estrategia macroeconómica, fue el punto de retorno al control privado de la industria y la empresa petrolera. Con la puesta en operación del modelo neoliberal se desmantela la integración vertical lograda años atrás, se obliga a PEMEX a endeudarse para poder realizar sus inversiones, y se confiscan los recursos fiscales de la empresa. Bajo el argumento de que es preferible exportar más ahí donde es viable multiplicar los aportes a la balanza de pagos e importar pro- ductos que la competencia internacional ha abaratado, no sólo se regresa a un modelo especializado en la pro- ducción de una materia prima en detrimento de los sectores industriales, sino que se renuncia a la autosuficiencia energética llevando al país a una peligrosa dependencia estratégica de derivados del petróleo. Bajo la dinámica de la integración en América del Norte liderada por los Estados Unidos, se logra la apertura total en los sectores corriente arriba de la empresa petrolera mexicana. El regreso a la propiedad privada es visible a partir de los contratos negociados en la reforma energética de 2008, y la desincorporación de actividades sustantivas de la industria que constituyen prerrogativas constitucionales, la empresa se encamina bajo una dinámica de gobernanza corporativa a la conformación legal de una corporación privada por lo que un cambio mayor surge con la ruptura del binomio Estado-PEMEX