Retos de la Profesión Contable en la Prevención y Detección del Fraude Fiscal

El fenómeno del fraude fiscal nace en el mismo momento en que se crearon los tributos. Se parte de una verdad dicha a medias que afirma que una porción de los beneficios provenientes del esfuerzo de las personas y empresas dentro de las actividades que realizan terminan en las arcas de un estado corrupto e indolente. De ahí parte la cultura del ocultamiento de capitales, ingresos y todo lo que se pueda sumergir en las oscuras aguas de la evasión. Se saca el máximo provecho de la inventiva humana para crear ficciones legales perfeccionadas en un catálogo de tipologías que pueden involucrar el concurso de terceros, otras que pueden utilizar estrategias fraudulentas para erosionar las bases fiscales, el empleo de mecanismos artificiosos de ocultamiento y muchas otras creadas con propósitos especiales con miras a pagar menos impuestos, que es en últimas la motivación del fraude fiscal. El riesgo de fraude a nivel empresarial, si bien resulta casi imposible eliminarlo, puede reducirse a través de actividades realizadas basadas en principios y valores éticos al interior de las empresas o como consecuencia de sólidas políticas de gobierno corporativo. Justamente es ahí donde cobra importancia la actuación de un profesional de la Contaduría Pública con las competencias suficientes, el escepticismo necesario y el juicio que se requiere para empoderarse de la importante tarea de prevenir y detectar todas aquellas señales de alerta relacionadas con la evasión tributaria y la defraudación al fisco nacional en las organizaciones.Universidad Libre - Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables - Especialización en Gerencia TributariaThe phenomenon of tax fraud was born at the same moment that taxes were created. It starts from a half-truth that affirms that a portion of the benefits derived from the efforts of individuals and companies within their activities end up in the hands of a corrupt and indifferent state. From there, the culture of concealing capital, income, and everything that can be submerged in the dark waters of evasion arises. The maximum advantage is taken of human ingenuity to create legal fictions perfected in a catalog of typologies that can involve the participation of third parties, others that can use fraudulent strategies to erode the tax base, the use of artificial hiding mechanisms, and many others created for special purposes with a view to paying less taxes, which is ultimately the motivation behind tax fraud. The risk of fraud at the business level, while almost impossible to eliminate, can be reduced through activities based on ethical principles and values within companies or as a result of solid corporate governance policies. This is where the role of a Public Accountant with the necessary competencies, necessary skepticism, and judgment comes in to take on the important task of preventing and detecting all those warning signs related to tax evasion and defrauding the national treasury in organizations