Informe de Seminario para optar al grado de Licenciado en FilosofíaDurante largo tiempo, el “discurso de duelo” o “discurso fúnebre” ha permitido hablar del muerto, e incluso al muerto, allí donde se sabe que éste no podría ya responder ni oír palabra alguna. Estando aquel otro muerto, no existiendo en ninguna parte más que en nosotros –pues el otro está muerto salvo en nosotros-, entre quienes lo recordamos y mantenemos vivo “en nuestra memoria”, ese otro a quien se habla sólo podría guardar silencio. Sin embargo, por una ficción propia del discurso se podría hacer siempre como si el otro estuviese ahí presente para escuchar cada una de las palabras que se dicen en su nombre y en su memoria. Aunque esté muerto y no exista más que e...