En la historia contemporánea de España, la opinión pública se ha visto restringida en numerosas ocasiones a ser la opinión de una minoría de individuos propietarios de tierras, cuyas riquezas favorecía que tuvieran el “tiempo libre” necesario para participar en el debate político. Siguiendo la línea del pensamiento liberal doctrinario, ya apuntada por Benjamin Constant, Cánovas del Castillo, líder del partido liberal-conservador durante la Restauración Borbónica, ideó un minucioso aparato gubernamental para controlar y silenciar a las masas, ya que consideraba que éstas no debían inmiscuirse en los asuntos públicos, pues eran fácilmente manipulables y tomaban sus decisiones en función de intereses pasajeros. En este esquema, cobraba...