Arte en el Manzanares

El rey Felipe II compró en el siglo XVI los terrenos que colindaban con el Alcázar de Madrid (actual Palacio Real) y los tornó en un área de ocio para la corte real. Generó así un eje que conectó el Alcázar con la casa de Campo ya que de ese modo, el monarca podría caminar cómodamente desde su residencia principal hacia el área de recreo. Actualmente este histórico eje se ha desdibujado por las actuaciones urbanísticas realizadas en el entorno. Paralelamente, en el centro de Madrid y sobre todo en el área de interés proyectual, se congregan un número de museos (nacionales en su mayoría) muy alto. Son espacios cerrados y fuertemente delimitados donde se centraliza y aísla el arte. Es por las dos causas anteriores que surge el deseo de recuperar este eje, esta conexión histórica entre ambas partes mediante el arte. A través del análisis de conexiones horizontales, se logran distinguir al menos nueve puntos o enclaves en los que poder ubicar conjuntos proyectuales que alberguen el mencionado arte anterior, conectados para interrelacionarse entre sí. Además, se estudian las distancias mínimas de observación tanto de lienzos como esculturas para así poder distinguir dos tipologías bien diferenciadas: la que expondría reproducciones en plano y la que expondría volumetrías, las esculturas. Para enriquecer el programa y cubrir todas las necesidades de los usuarios, se añaden dos tipologías más: un punto de información y una cafetería. Queriendo que el proyecto sea flexible, se diseñan estructuras basadas en la geometría de un hito preexistente: el museo de Carruajes. Estas estructuras, o unidades básicas de observación hexagonales, se podrían configurar de infinitas formas, tanto por agrupación en sus distintos tamaños como por materialidad jugando con los seis triángulos de los que está compuesta tanto en su cubierta como en su forjado.In the 16th century, King Philip Il bought the land near the Alcàzar of Madrid (now the Royal Palace) and turned it into a leisure area for the royal court. An axis that connected the Alcàzar with the Casa de Campo was generated, since in this way, the monarch could walk comfortably from his main residence to the recreation area. Currently this historic axis has been blurred by the urban actions carried out in the environment. Meanwhile, in the center of Madrid and more specifically in the area of project interest, a very high number of museums (mostly national) congregate. They are closed areas and strongly delimited spaces where art is centralized and isolated. It is for the two previous reasons that the desire to recover this axis arises, this historical connection between both parties, through art. Through the analysis of horizontal connections, it is possible to distinguish at least nine points where it’d be interesting to locate project agrupations that would house the art. These would also be connected with each other visually as mentioned before. In addition to this, the minimum observation distances of both canvases and sculptures are studied in order to be able to distinguish two well-differentiated typologies: the one that would exhibit reproductions in a plane and the one that would exhibit volumetries, the sculptures. To enrich the program and cover all user needs, two more typologies are added: an information point and a cafeteria. Wanting the project to be flexible, structures are designed based on the geometry of a pre- existing landmark: the Carriage Museum. These structures, or basic hexagonal observation units, could be configured in infinite ways, both by grouping in their different sizes and by materiality, playing with the six triangles of which it is composed, both in its cover and in its floor.Máster Universitario en Arquitectura (M201