Trabajo Social en Italia: una profesión en constante desarrollo

The current landscape of Social Work has certainly changed since the 1980s: the profession enjoys general recognition, an established professional status and a university career that goes as far as a doctorate. The question raised by the profession no longer refers to the search for theoretical models of reference: the current challenges refer to the professional identity of the social worker in a postmodern social and labor context (Folgheriter, 2004) and to the climate of deprivation due to the redefinition of Well-being. In addition, social workers have to reckon with the transformations of social services and the drastic cutback in planning and innovation, due to the reduction in public spending in the social sector (Fazzi, 2010). Above all, as professionals hired in an ever more flexible way, they also experience the negative effects of the precariousness and monetization of social services, despite the fact that, however, they constitute the first point of contact with a public. co increasingly in need of assistance. The liberalization of public goods and the managerial implementation of services, the erosion of universal rights and contractual arrangements of social policy are some of the ongoing transformations involving Italian Welfare. The change is not limited to the alteration of working conditions, to which the services have to adapt; but, above all, it is necessary to examine the fundamental principles that once constituted Well-being, and that are now increasingly uncertain (Nothdufter, 2011). The service system is constantly evolving, especially in recent years, in which events such as earthquakes, pandemics and wars have added to the spread of new forms of poverty and new social and health vulnerabilities, to which Social Work Italian has started to respond and is developing updated roles and functions.El panorama actual del Trabajo Social ha cambiado ciertamente desde los años 80: la profesión goza de un reconocimiento general, de un estatus profesional establecido y de una carrera universitaria que llega hasta al doctorado. La cuestión que se plantea por la profesión ya no se refiere a la búsqueda de modelos teóricos de referencia: los desafíos actuales se refieren a la identidad profesional del trabajador social en un contexto social y laboral postmoderno (Folgheraiter, 2004) y al clima de privación económica debido a la redefinición del Bienestar. Además, los trabajadores sociales tienen que contar con las transformaciones de los servicios sociales y al drástico recorte de la planificación y la innovación, debido a la reducción del gasto público en el sector social (Fazzi, 2010). Sobre todo, como profesionales contratados de forma siempre más flexibles, viven tam- bién los efectos negativos de la precarización y la monetización de los servicios socia- les, a pesar de que, sin embargo, constituyan el primer punto de contacto con un públi- co cada vez más necesitado de asistencia. La liberalización de los bienes públicos y la implementación gerencial de los servicios, la erosión de los derechos universales y los arreglos contractuales de la política social son algunas de las transformaciones en curso que involucran al Bienestar italiano. El cambio no se limita a la alteración de las con- diciones de trabajo, a las que los servicios tienen que adaptarse; sino que, sobre todo, hay que examinar los principios fundamentales que antaño constituían el Bienestar, y que ahora son cada vez más inciertos (Nothdufter, 2011). El sistema de servicios está en constante evolución, sobre todo en los últimos años, en los que sucesos como terremo- tos, pandemias y guerras se han sumado a la propagación de nuevas pobrezas y nuevas vulnerabilidades sociales y sanitarias, a las que el Trabajo Social italiano ha empezado a responder y está desarrollando papeles y funciones actualizados