En 1962 el compositor John Cage viaja a Japón, donde visita el jardín Zen del templo Ryōan-ji en Kioto. Surge entonces en el artista un vivo interés por este jardín japonés, forjándose una relación de hondo hermanamiento creativo que duraría toda la vida del músico. La amplia dimensión de esta influencia ha sido abordada principalmente en trabajos de carácter musical o pictórico. Sin embargo, el alcance de sus implicaciones demanda asimismo un enfoque estético-ontológico, centrado en el estudio de la destrucción del ego como entidad fundacional del yo psíquico. En este contexto, el presente traba-jo sostiene que la fascinación de John Cage por el célebre jardín de Kioto trasciende meras afinidades estéticas o principios metodológicos, como ...