Sobre el arte, como sobre, la juventud, no es fácil entenderse cuando se está fuera del arte o fuera de la juventud. “Las palabras que designan los motivos no dan nombres a acaecimientos mentales”, escribe Wittengtein; de acuerdo con él no existirían sucesos particulares que correspondan a términos como rebelión, irreverencia, iconoclasia, con los que entendemos referirnos a la juventud artista, a la juventud sin más. Hay como un “lecho de roca metafísica de dura facticidad” sobre la cual se apoyan los argumentos, con los que es posible entretejer y fundar cualquier teoría: el culto de la juventud, el odio al arte nuevo... Pero los hechos desbordan el juego lingüístico, y no es posible acceder a la estructura reduciendo el proceso a la func...