Argentina: navegando aguas cambiantes

En las siguientes líneas abordaremos como se ha manejado recientemente la política exterior argentina bajo la presidencia de Alberto Fernández en relación a dos polos: China y Estados Unidos. Partimos de que, actualmente, asistimos a una situación cambiante a nivel internacional, dónde ambos polos impulsan agendas político-económicas que pueden entrar en conflicto e involucrar a otras regiones en el medio. La disputa entre ambas potencias, según Actis y Creus (2020) es una de carácter intra-capitalista, donde las dos potencias presentan dos modelos capitalistas rivales: uno de corte liberal y otro dirigido por el Estado. Por encima de esta rivalidad, hay una fuerte interdependencia económica entre ambas: el comercio bilateral entre ambas es de US$540000 millones, los stocks de inversiones mutuas tienen un valor de US$161000 millones y la tenencia de bonos del Tesoro por parte de Beijing están valuadas en US$1,3 billones. El desacople o una MAD (Mutually Assured Destruction) en términos económicos, sería un duro golpe para ambos lados. A esto debería agregársele que, en medio de la crisis producto del Covid-19, se ha descubierto un mundo desordenado y caótico, incierto. En este contexto, la cooperación o el conflicto entre ambos estados podría ser decisivo para el futuro del nuevo orden global. Además de lo anterior, debería agregarse el daño hecho durante la administración de Donald Trump en lo relativo al multilateralismo en sus aspectos comercial y político, junto con el daño ocasionado para la reputación de EEUU; mientras tanto, la China de Xi Jinping se ha mostrado más asertiva, siendo uno de los principales promotores del libre comercio multilateral, e involucrando en varios continentes mediante múltiples inversiones y los intentos por expandir nuevas tecnologías como el 5G. La asunción del demócrata Joe Biden a la presidencia parece estar enfocada precisamente en enmendar el daño hecho por su predecesor y en lidiar con una asertiva Beijing como puntos prioritarios de su agenda. En este trabajo nos guiaremos usando algunos conceptos de la escuela Autonomista, la cual consideramos adecuada a este propósito, permitiéndonos una lectura tanto del ámbito internacional y sus posibilidades, así como de la estrategia seguida por el actual gobierno en relación a los antedichos polos. La estructura que seguiremos es la siguiente: en primer lugar, buscamos presentar una definición de las agenda estadounidenses y chinas-tanto en como se relacionan entre sí y como lo hacen respecto a Latinoamérica; en segundo, presentaremos un breve repaso sobre algunos de los principales puntos del paradigma autonomista, y en tercero, realizaremos un abordaje del manejo de la política exterior argentina en relación a ambos polos.Instituto de Relaciones Internacionale