Inspecciones termográficas previas a las intervenciones de rehabilitación

Con los nuevos planes de rehabilitación llevados a cabo en las comunidades autónomas, han tomado especial relevancia, por fin, las inspecciones termográficas de los edificios objeto de dichas intervenciones, tanto en su estado original, como a la finalización de los trabajos de rehabilitación. Estas inspecciones son relativamente sencillos de llevar a cabo y económicas, no suponiendo en general, un sobrecoste añadido a la comunidad de propietarios. No obstante, cabe recordar la necesidad de contar con el equipo adecuado (con una buena resolución térmica) y con un operario con formación en Termografía infrarroja. Las ventajas de contar con este documento gráfico, las termografías, son varias, pues representan un estado inicial y final, que de manera sencilla y rápida permitirá a los propios vecinos, actores intervinientes y futuras personas interesadas, así como a la administración, evaluar el cambio sufrido tras la rehabilitación. Durante el pasado invierno (época idea para acometer estos trabajos) hemos recorrido muchos barrios de Madrid con nuestra cámara térmica, analizando el estado del aislamiento térmico de las envolventes de los edificios que se iban a rehabilitar, asi como de los ya rehabilitados. Sorprende ver el contraste entre los edificios intervenidos y los no intervenidos, pues además del lógico cambio de aspecto, la cámara térmica revela la perfecta homogeneidad térmica de los edificios rehabilitados, en contraste con los que aún no lo han sido y no podemos sino preguntarnos qué pensaría los propietarios de los edificios no intervenidos al ver en pantalla las sorprendentes fugas de calor de sus edificios. Hemos sido testigos de las numerosas fachadas pobremente aisladas, radiadores perfectamente visibles (mediante termografía) desde la calle, puentes térmicos, temperaturas superficiales muy elevadas, carpinterías y acristalamientos antiguos y también, muchas viviendas sin calefactar y quizás con sus propietarios en sus interiores, es decir, pobreza energética. Pensamos que esta tarea de realizar las inspecciones termográficas puede contribuir más que a documentar la evidente mejora energética del edificio, a concienciar sobre la importancia de acometer las rehabilitaciones. No queremos que las termografías que hemos ido tomando queden como simples registros documentales en cada proyecto de rehabilitación, sino que se muestren en aquellos barrios donde se está trabajando y que contribuyan al conocido como "efecto llamada", para que más vecinos tomen conciencia de que merece la pena.Consejo General de la Arquitectura Técnica de Españ