La experimentación interactiva en física y su relación con la protección y transformación de los recursos naturales

La educación se podría definir, con base en diversas referencias, como un proceso integral, permanente, reflexivo, cultural y transformador que se traza como objetivo el comprender la realidad y construir una serie de ideas y herramientas que permitan el mejoramiento de las condiciones y las relaciones entre todo aquello que reúne el significado de ser humano. Desde sus inicios, implícitos a los del mismo ser, el proceso educativo ha estado enmarcado bajo una característica fundamental que se llama la espontaneidad, ya que se da como un proceso libre y quizá como una necesidad fundamental, que con la elaboración y complejización de las sociedades, empieza a organizarse y estructurarse más y más, pero no siempre ha sido así como se conoce hoy en día. La escuela nace también espontáneamente, ya que, bajo la idea de democratización del conocimiento, éste debe ser divulgado de todas las formas posibles, así que, cuando en las sociedades las personas interpretan la realidad de alguna manera, construyen conocimientos, postulan ideas o desarrollan nuevas técnicas, de manera natural aparecen otros con la firme intención e interés de aprenderlos, y quien los elabora los pone al servicio de los demás. Es evidente la espontaneidad en la figura maestro y en la figura estudiante, el maestro brinda su saber porque quiere hacerlo y el estudiante se dispone a aprender de la misma manera, aunque sus objetivos personales no sean los mismos los objetivos del proceso si lo son, así que ambos se convierten en sujetos activos y fundamentales bajo sus contextos. Cuando estos procesos se masifican, entonces se debe empezar a establecer un tiempo y un espacio para desarrollarlos, luego unas reglas que permitan hacerlo más eficiente o simplemente prevenir los posibles inconvenientes que puedan surgir, y finalmente unos parámetros de medición de los resultados a corto, mediano y largo plazo, pero aunque estas nuevas características se generen, su principio espontáneo no se ve vulnerado de ninguna manera, ya que todas estas características son concertadas y establecidas en consenso. Ampliando lo expuesto anteriormente a un contexto real, esa espontaneidad que se menciona se ha desaparecido, se ve con dolor que el estudiante no va a estudiar porque así lo quiere sino porque existen una serie de obligaciones y requisitos que debe cumplir o porque simplemente es el único lugar donde puede esperar con seguridad que los días pasen, y de la misma manera muchos maestros han cambiado la espontaneidad por el dinero de tal manera que su labor se convierte en un intercambio de actividades por un lucro. Como lo manifiesta Zuleta [2] El niño aprende hasta que ingresa a la escuela