El proceso de paz representó un reto para el Estado de Derecho en uno de sus supuestos fundamentales: el establecimiento de un poder soberano autocontenido y limitado. La tradición positivista, la racionalidad supuesta, por la moral del estado liberal y democrático contemporáneo, supone un poder soberano que en su constitución ha sido limitado mediante un pacto, que encierra su actuar al campo de la ley. Sin embargo, ante situaciones en las que está en juego la subsistencia del Estado, el soberano guarda para sí prerrogativas que le permiten crear campos en los que se suspende la ley. El proceso de paz en Colombia con las Farc – EP mostró cómo el Ejecutivo ha ratifica su poder, creando continuamente excepcionalidades, es decir, campos de n...