El consumo de los higos en al-Andalus. Entre la farmacopea y las normas sociales

Como consecuencia de la expansión islámica iniciada en la Península Arábiga en el siglo VII, en la cuenca mediterránea, espacio de intercambios entre distintos pueblos a lo largo de la historia de la humanidad, se produjo un importante proceso que estableció las condiciones idóneas para una profunda renovación en el campo de las técnicas, entre otros conocidos ámbitos socio-culturales. En el extremo occidental de ese mundo islámico, en al-Andalus, los elementos innovadores que llegan de Oriente se van asimilando progresivamente hasta ser adoptados por la nueva sociedad surgida en el territorio peninsular, compuesta de elementos de origen étnico diverso. En el plano de la cultura material, uno de los elementos esenciales que generaron importantes cambios fue la introducción de una agricultura diferente a la hasta entonces conocida, una agricultura irrigada que implicaba la generalización del agua en las tierras de cultivo. Se puede decir que los espacios y sistemas de producción agrarios se vieron transformados por los efectos de la irrigación, teniendo en cuenta que gran parte del territorio de al-Andalus quedaba incluido en el agroecosistema2 mediterráneo, extensivo, sometido a largas temporadas sin agua. Como consecuencia, en las tierras andalusíes aparecen unos espacios diferentes, propulsados por nuevas técnicas agrarias en las que la introducción y adaptación de especies foráneas desempeñan un papel esencial. Pese a todo, ello no significa que el secano y las prácticas extensivas, propias del dominio mediterráneo, se encuentren ausentes en esta nueva agricultur