Archipiélago de Cabrera

Cabrera, la isla perdida, tierra de piratas y corsarios, prisión de soldados franceses tras la Guerra de la Independencia, es también un paraíso geológico. Compuesta por rocas calcáreas con más de 250 millones de años que fueron deformadas durante la construcción de la Cordillera Bética, sus excepcionales acantilados son una ventana abierta que permite el estudio y disfrute de la Geología. De orografía imponente, como narró De Buen en 1905, su costa litoral recortada y sus abruptos relieves generan sombras indescriptibles sobre sus aguas de color azul intenso. Su modelado es el resultado combinado de la erosión del mar y la disolución de la roca caliza. Su insularidad, la naturaleza del suela y la escasez de agua dulce ha condicionado su efímero desarrollo demográfico y económico, ligado hasta la modernidad, a un puñado de personas y una pequeña explotación de vid. Cabrera constituye un acuífero compartimentado que descarga a través de manantiales litorales y submarinos. Sus recursos minerales han permitido el autoabastecimiento de las poblaciones que la han ocupado. La cal era trabajada en hornos artesanales, la sal recolectada de las depresiones costeras y el marés extraído de las calcarenitas pleistocenas.Instituto Geológico y Minero de España, Españ