Este artículo forma parte del monográfico titulado Pornografía: una geografía sexual del poder[Resumen] Los medios de comunicación de masas, a mediados del siglo XX, abrazaron lo que podría denominarse “industrialización de la pornografía”. Con la aparición de revistas como Playboy, el imaginario pornográfico abandonaba su carácter reservado y clandestino para convertirse en un producto masivo que sería celebrado como una revolución sexual, equiparando falsamente la exhibición del cuerpo femenino con la emancipación de las mujeres. Desde entonces, en la cultura popular se ha ido consolidando un canon estético femenino hipersexualizado, fruto de lo que la literatura ha denominado “pornograficación” o “pornificación cultural”, discurso que co...