El islam forma parte de la historia y de la cultura rusas desde el siglo VII, colaborando activamente en el proceso de construcción del Estado, desarrollando relaciones con otros grupos sociales, con los que ha compartido espacios, historia y políticas de asimilación. Sin embargo, la comunidad musulmana ha tenido un papel asimétrico frente a otros grupos étnicos y culturales del Estado, ocupando, durante largos periodos históricos, una posición periférica en asuntos políticos, militares y económicos. A lo largo de los años 90, la religión se convirtió en un elemento de reivindicación nacionalista contra el poder federal, incentivado por la entrada de un islam transnacional radical importado de los países de Oriente Medio de predominio sunit...