La estética de lo doméstico. Olmsted y la relación entre casa y paisaje en los Estados Unidos del XIX

During the first decades of the nineteenth century in the United States, the house served as an element of both physical and intellectual mediation with a yet-to-be-defined environment in a yet-to-be-defined country. On individual initiative, hundreds of families moved to the urban peripheries giving rise to a particular way of life for the middle class. It did not take long for single-family housing developments to appear on the outskirts of major cities. According to several authors, this form of settlement was modernized when Frederick Law Olmsted planned and built the Riverside neighborhood, on the outskirts of Chicago. Highly praised for combining systematic lot development with landscape aesthetics, this suburb also incorporated common infrastructures only seen before in urban centers. In this article, I argue that Olmsted's contribution to the relationship between house and landscape was not only practical. It also had a rhetorical facet aimed, above all, at the domestication of the United States. To this end, I propose a re-reading of two of his early projects: the Central Park in New York and the never-built College of Berkeley. Their reports show to what extent the idea of home motivated his landscape discourse. Furthermore, this sustains that one of Olmsted most advanced positions was the development of an aesthetic category derived from the home: the aesthetics of the domestic, an understanding of the landscape as an entity that emerged from the house.Durante las primeras décadas del siglo XIX, en los Estados Unidos la casa sirvió como elemento de mediación tanto física como intelectual con un entorno por definir en un país por definir. Por iniciativa individual, cientos de familias se fueron mudando a las periferias urbanas para construir allí su hogar y dar lugar a un modo de vida particular para la clase media. Poco tardaron entonces en aparecer promociones de viviendas unifamiliares en los aledaños de importantes ciudades. Una forma de asentamiento periférico que se modernizó, según varios autores, cuando Frederick Law Olmsted planeó y construyó el barrió de Riverside, a las afueras de Chicago. Muy alabado por haber sabido combinar un loteado sistemático con una estética paisajista, el proyecto incorporaba además obra pública propia de los centros urbanos. El artículo argumenta que la aportación de Olmsted a esta relación entre casa y paisaje no fue únicamente práctica. Contaba también con una faceta retórica orientada, sobre todo, a la domesticación de los Estados Unidos. Para ello, se propone una relectura de dos de sus primeros proyectos: el Central Park de Nueva York y el nunca construido College de Berkeley. A partir de sus informes se aprecia hasta qué punto la idea del hogar motivaba su discurso paisajístico. A su vez, esto permite mostrar que una de las posturas más avanzadas de Olmsted fue el desarrollo de una categoría estética derivada de la vivienda: la estética de lo doméstico, un entendimiento del paisaje como una entidad que emergía de la casa