Efecto en el índice de cicatrización de la realización de nanofracturas en la huella ósea de reparación de roturas del tendón supraespinoso del hombro

El dolor de hombro es la tercera causa de dolor musculoesquelético en España, siendo la rotura de los tendones del manguito rotador el principal motivo de disfunción del hombro y, posiblemente, la patología tendinosa humana más frecuente. Afecta al 25 % de la población por encima de los 60 años, alcanzando cifras del 50 % en torno a los 80 años. El manejo terapéutico conservador de las roturas degenerativas del manguito rotador debe ser, casi siempre, la primera opción, pues hasta un 75 % de los pacientes mejoran sus niveles de dolor a los 2 años de seguimiento con un programa de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento asociado a la modificación de su actividad laboral y/o recreacional y a la toma de fármacos antiinflamatorios. Cuando fracasa el tratamiento conservador, está indicada la reparación quirúrgica. Durante las dos últimas décadas, la reparación de los tendones del manguito rotador por vía artroscópica se ha consolidado como alternativa eficaz y reproducible a la técnica abierta. No obstante, hasta un 40 % de las reparaciones tendinosas no consiguen la curación del tendón al hueso. Además, la tasa de tendones que vuelven a romperse (re-roturas) tras el tratamiento quirúrgico supera el 20 % en diversas series. Por ello, vienen estudiándose en los últimos años aquellos factores que puedan influir en el proceso de cicatrización del tendón afecto, como la realización de nanofracturas (u orificios a nivel humeral proximal, de 1 mm de diámetro y 9 mm de profundidad) durante la reparación quirúrgico que hemos demostrado mediante este trabajo que mejoran la tasa de curación tendinosa