El trabajo decente y los derechos del personal sanitario en tiempos de pandemia.

La pandemia provocada por la Covid-19 ha generado una situación de emergencia sanitaria, que se ha traducido en un incremento de las jornadas laborales y de la carga de trabajo, en una falta de medidas de prevención y un mayor riesgo de exposición a la enfermedad del personal sanitario. La propia situación sanitaria y las medidas implementadas en este ámbito han colocado al personal sanitario en una situación de mayor vulnerabilidad, al tiempo que ponen de relieve la necesidad de reivindicar el respeto de condiciones de trabajo decente de los trabajadores sanitarios. El ideal de “trabajo decente” surge en el seno de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como uno de los objetivos de su agenda para la mejora del bienestar de los trabajadores. En concreto, tras la “Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo” (1998) -que incluye una declaración formal de aplicabilidad de los Derechos Fundamentales en el Trabajo a todos los países pertenecientes a la OIT-, la noción de “trabajo decente” se incluye por primera vez en 1999, por el Director General de esta Organización, en la Conferencia Internacional de la OIT, como meta global a cumplir en su programa de trabajo. Finalmente se incorpora en la “Declaración sobre justicia social para una globalización equitativa” (2008), resaltando su dimensión como eje vertebrador de las políticas e instrumentos de esta Organización, para dar solución a algunos de los grandes problemas en el mundo laboral: la precariedad y discriminación en un mundo globalizado.