Embajadores del pasado: Los niños del Llullaillaco y otras momias del mundo

En la primera parte de este libro se abordan ejemplos de momias de distintas partes del mundo, desde los renombrados cadáveres embalsamados de la civilización egipcia, o las menos conocidas pero aún más antiguas momias de la tradición chilena Chinchorro, hasta las momias de los hielos árticos y alpinos. Se hace referencia a las momias de Guanajuato en México, continuando con las momias atacameñas y otros ejemplos de cadáveres preservados en el mundo andino. El hombre del hielo en los Alpes del Tirol, así como los cuerpos de las turberas y pantanos de Inglaterra y Dinamarca, han revelado a la investigación científica aspectos fundamentales de la vida en el Neolítico tardío y Edad del Hierro en Europa; en tanto que las momias de Qilakitsoq en Groenlandia, han contribuido a profundizar en la historia de las comunidades Inuit, ampliando la comprensión del mundo ártico. En la caracterización de las tradiciones de momificación se tienen en cuenta cuestiones generales tales como la cronología y ubicación espacial del grupo social de origen; así como aspectos más específicos relacionados con la posición del cuerpo y su tratamiento mortuorio. Ocasionalmente, las momias nos invitan a asomarnos al sistema de creencias tradicionales en torno a la muerte y el más allá. En este sentido, se contempla el rol social que tradicionalmente cumplen las momias en las comunidades mexicanas y andinas, culminando con el fenómeno de la veneración de infantes momificados a los que se concibe como "angelitos milagrosos". La segunda parte de este libro está dedicada a las momias congeladas de las alturas andinas, muchas de las cuales, lamentablemente, han sufrido destrucción en manos de buscadores de tesoros y huaqueros. Pero aquellas que se salvaron de la depredación constituyen ?cápsulas de tiempo?, con un potencial sumamente valioso para estudios científicos presentes y futuros. Los cuerpos de los tres niños descubiertos por la autora junto con Johan Reinhard hace algunos años, a más de 6.700 metros de altitud, en la cumbre del volcán Llullaillaco, han sido considerados las momias mejor conservadas que se conocen hasta la fecha. Los pormenores del rescate y los estudios científicos realizados durante los años subsiguientes son referidos con algún detalle en la tercera parte del trabajo.Las momias constituyen vías privilegiadas de acceso al conocimiento de la antigüedad. A diferencia de otros tipos de evidencia material, no cabe considerarlas como meros descubrimientos arqueológicos u objetos de análisis científico. De alguna manera, los cuerpos momificados se presentan ante nosotros como emisarios de las culturas y civilizaciones que les dieron origen. Los estudios interdisciplinarios hacen posible que estos importantes embajadores del Pasado nos cuenten su propia historia.Fil: Ceruti, Maria Constanza. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Centro Científico Tecnológico Conicet - Salta; Argentina. Universidad Católica de Salta; Argentin